Muchas de las imágenes de Jerusalén las hice en 1984, justo cuando empezaba a utilizar la Camara Obscura en el exterior, y fue la primera vez que lo hice en una gran ciudad. Para mí fue un descubrimiento, como atravesar un túnel del tiempo hacia la ciudad bíblica con las cámaras pin hole (la técnica de la Camara Obscura).
Mientras trabajaba en el exterior, surgieron muchos aspectos nuevos que anteriormente no había experimentado: La genta y los vehículos en movimiento desaparecían de las calles, las luces y sombras sobre los edificios creaban composiciones más dramáticas, la reacción del público a la manera en la que estaba fotografiando y trabajando era diferente y a veces las condiciones eran difíciles…
Así, surge una unión perfecta entre el tema fotografiado y la atmósfera que da la Camara Obscura. Cuando vuelvo a mirar estas imágenes, también vuelvo atrás en la historia.